Durante 2020 se escuchó reiteradas veces la frase: “Esto ya va a pasar, y todo volverá a la normalidad” y seguramente también salió de tu boca este deseo de volver a cierta rutina, comodidad o forma de hacer las cosas. Pero lo que conocíamos ya no estaba, lo que esperábamos y planificamos, ya no llegaría. En ese contexto, hace ya más de un año, la Iglesia de Cristo enfrentó uno de los más grandes desafíos de la época: reconvertirse, cambiar de plataforma, cerrar las puertas físicas para abrir las digitales… y todo en cuestión de días.
Durante 2020 se escuchó reiteradas veces la frase: “Esto ya va a pasar, y todo volverá a la normalidad” y seguramente también salió de tu boca este deseo de volver a cierta rutina, comodidad o forma de hacer las cosas. Pero lo que conocíamos ya no estaba, lo que esperábamos y planificamos, ya no llegaría. En ese contexto, hace ya más de un año, la Iglesia de Cristo enfrentó uno de los más grandes desafíos de la época: reconvertirse, cambiar de plataforma, cerrar las puertas físicas para abrir las digitales… y todo en cuestión de días.
Durante 2020 se escuchó reiteradas veces la frase: “Esto ya va a pasar, y todo volverá a la normalidad” y seguramente también salió de tu boca este deseo de volver a cierta rutina, comodidad o forma de hacer las cosas. Pero lo que conocíamos ya no estaba, lo que esperábamos y planificamos, ya no llegaría. En ese contexto, hace ya más de un año, la Iglesia de Cristo enfrentó uno de los más grandes desafíos de la época: reconvertirse, cambiar de plataforma, cerrar las puertas físicas para abrir las digitales… y todo en cuestión de días.
“Adaptación” fue la palabra clave de todo este proceso: los pastores tuvieron que repensar su forma de llevar la Palabra a su congregación y mantener un contacto fluido y constante cada día de la semana; los fieles, se vieron en la necesidad de renovar su compromiso con Dios más allá de no asistir a un lugar físico y todos juntos, volver a la esencia de la Palabra “iglesia”, generando lazos más fuertes con la familia de fe y permaneciendo más allá de los cambios.
• Crecimiento en el uso de redes sociales para comunicar
• Uso de transmisiones online para compartir las reuniones
• Plataformas digitales para recibir las contribuciones
• Actividades entre semana para fortalecer el vínculo con la Palabra de Dios y el discipulado de las familias.
Las redes sociales y medios digitales pueden ser muy buenos vehículos para presentar a Jesús, contar testimonios y masificar el alcance de las actividades de la iglesia, pero también son fuertes para hacer crecer la relación entre hermanos y generar espacios de interacción directa que profundicen el crecimiento de relaciones interpersonales, como por ejemplo:
• Reuniones o videollamadas de oración entre 4 o 5 personas
• Planificar actividades para conocerse mejor y entablar amistades
• Promover espacios de adoración e intercesión para las distintas edades
• Trabajar enfocados en los diferentes grupos de ministerio ofreciéndoles espacios para interactuar y aprender de la Biblia
• Distribuir devocionales y contenidos de valor por WhatsApp
No dejemos pasar la oportunidad de formar y capacitar a los equipos de trabajo vinculados con medios, ¡ellos serán claves para profundizar el desarrollo de la iglesia en ambas plataformas! Cada congregación debe fortalecer a sus voluntarios del área de medios para que la creatividad crezca y puedan como iglesia comunicar de la mejor manera por todas las vías que tienen para utilizar. Hay que dedicarles tiempo, mentorearlos, invertir capacitación y formación espiritual y técnica para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Sin dudas lo que viene en 2021 para la iglesia es mayor, porque veremos el fruto del esfuerzo y dedicación empleada en soportar la tribulación, fortalecer las relaciones personales y avanzar en el llamado fundamental de la iglesia que es el de llevar el Evangelio a todo lugar.
“Adaptación” fue la palabra clave de todo este proceso: los pastores tuvieron que repensar su forma de llevar la Palabra a su congregación y mantener un contacto fluido y constante cada día de la semana; los fieles, se vieron en la necesidad de renovar su compromiso con Dios más allá de no asistir a un lugar físico y todos juntos, volver a la esencia de la Palabra “iglesia”, generando lazos más fuertes con la familia de fe y permaneciendo más allá de los cambios.
• Crecimiento en el uso de redes sociales para comunicar
• Uso de transmisiones online para compartir las reuniones
• Plataformas digitales para recibir las contribuciones
• Actividades entre semana para fortalecer el vínculo con la Palabra de Dios y el discipulado de las familias.
Las redes sociales y medios digitales pueden ser muy buenos vehículos para presentar a Jesús, contar testimonios y masificar el alcance de las actividades de la iglesia, pero también son fuertes para hacer crecer la relación entre hermanos y generar espacios de interacción directa que profundicen el crecimiento de relaciones interpersonales, como por ejemplo:
• Reuniones o videollamadas de oración entre 4 o 5 personas
• Planificar actividades para conocerse mejor y entablar amistades
• Promover espacios de adoración e intercesión para las distintas edades
• Trabajar enfocados en los diferentes grupos de ministerio ofreciéndoles espacios para interactuar y aprender de la Biblia
• Distribuir devocionales y contenidos de valor por WhatsApp
No dejemos pasar la oportunidad de formar y capacitar a los equipos de trabajo vinculados con medios, ¡ellos serán claves para profundizar el desarrollo de la iglesia en ambas plataformas! Cada congregación debe fortalecer a sus voluntarios del área de medios para que la creatividad crezca y puedan como iglesia comunicar de la mejor manera por todas las vías que tienen para utilizar. Hay que dedicarles tiempo, mentorearlos, invertir capacitación y formación espiritual y técnica para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Sin dudas lo que viene en 2021 para la iglesia es mayor, porque veremos el fruto del esfuerzo y dedicación empleada en soportar la tribulación, fortalecer las relaciones personales y avanzar en el llamado fundamental de la iglesia que es el de llevar el Evangelio a todo lugar.
“Adaptación” fue la palabra clave de todo este proceso: los pastores tuvieron que repensar su forma de llevar la Palabra a su congregación y mantener un contacto fluido y constante cada día de la semana; los fieles, se vieron en la necesidad de renovar su compromiso con Dios más allá de no asistir a un lugar físico y todos juntos, volver a la esencia de la Palabra “iglesia”, generando lazos más fuertes con la familia de fe y permaneciendo más allá de los cambios.
• Crecimiento en el uso de redes sociales para comunicar
• Uso de transmisiones online para compartir las reuniones
• Plataformas digitales para recibir las contribuciones
• Actividades entre semana para fortalecer el vínculo con la Palabra de Dios y el discipulado de las familias.
Las redes sociales y medios digitales pueden ser muy buenos vehículos para presentar a Jesús, contar testimonios y masificar el alcance de las actividades de la iglesia, pero también son fuertes para hacer crecer la relación entre hermanos y generar espacios de interacción directa que profundicen el crecimiento de relaciones interpersonales, como por ejemplo:
• Reuniones o videollamadas de oración entre 4 o 5 personas
• Planificar actividades para conocerse mejor y entablar amistades
• Promover espacios de adoración e intercesión para las distintas edades
• Trabajar enfocados en los diferentes grupos de ministerio ofreciéndoles espacios para interactuar y aprender de la Biblia
• Distribuir devocionales y contenidos de valor por WhatsApp
No dejemos pasar la oportunidad de formar y capacitar a los equipos de trabajo vinculados con medios, ¡ellos serán claves para profundizar el desarrollo de la iglesia en ambas plataformas! Cada congregación debe fortalecer a sus voluntarios del área de medios para que la creatividad crezca y puedan como iglesia comunicar de la mejor manera por todas las vías que tienen para utilizar. Hay que dedicarles tiempo, mentorearlos, invertir capacitación y formación espiritual y técnica para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Sin dudas lo que viene en 2021 para la iglesia es mayor, porque veremos el fruto del esfuerzo y dedicación empleada en soportar la tribulación, fortalecer las relaciones personales y avanzar en el llamado fundamental de la iglesia que es el de llevar el Evangelio a todo lugar.
“Adaptación” fue la palabra clave de todo este proceso: los pastores tuvieron que repensar su forma de llevar la Palabra a su congregación y mantener un contacto fluido y constante cada día de la semana; los fieles, se vieron en la necesidad de renovar su compromiso con Dios más allá de no asistir a un lugar físico y todos juntos, volver a la esencia de la Palabra “iglesia”, generando lazos más fuertes con la familia de fe y permaneciendo más allá de los cambios.
• Crecimiento en el uso de redes sociales para comunicar
• Uso de transmisiones online para compartir las reuniones
• Plataformas digitales para recibir las contribuciones
• Actividades entre semana para fortalecer el vínculo con la Palabra de Dios y el discipulado de las familias.
Las redes sociales y medios digitales pueden ser muy buenos vehículos para presentar a Jesús, contar testimonios y masificar el alcance de las actividades de la iglesia, pero también son fuertes para hacer crecer la relación entre hermanos y generar espacios de interacción directa que profundicen el crecimiento de relaciones interpersonales, como por ejemplo:
• Reuniones o videollamadas de oración entre 4 o 5 personas
• Planificar actividades para conocerse mejor y entablar amistades
• Promover espacios de adoración e intercesión para las distintas edades
• Trabajar enfocados en los diferentes grupos de ministerio ofreciéndoles espacios para interactuar y aprender de la Biblia
• Distribuir devocionales y contenidos de valor por WhatsApp
No dejemos pasar la oportunidad de formar y capacitar a los equipos de trabajo vinculados con medios, ¡ellos serán claves para profundizar el desarrollo de la iglesia en ambas plataformas! Cada congregación debe fortalecer a sus voluntarios del área de medios para que la creatividad crezca y puedan como iglesia comunicar de la mejor manera por todas las vías que tienen para utilizar. Hay que dedicarles tiempo, mentorearlos, invertir capacitación y formación espiritual y técnica para que puedan alcanzar su máximo potencial.
Sin dudas lo que viene en 2021 para la iglesia es mayor, porque veremos el fruto del esfuerzo y dedicación empleada en soportar la tribulación, fortalecer las relaciones personales y avanzar en el llamado fundamental de la iglesia que es el de llevar el Evangelio a todo lugar.